Los pescados, mariscos y crustáceos son platos de excepción muy apreciados. Fiel a su reputación de gastrónoma, París propone en sus numerosos restaurantes, recetas que responden a las exigencias de los gastrónomos de sabores marinos.
El mercado de Rungis, el mercado de productos frescos más grande del mundo, es el lugar en el que se abastecen los restaurantes. Así es como se encuentran en el plato, la calidad de los productos tanto franceses como exóticos. En el menú: ostras, vieiras, cigalas, salmón, bogavante... ¡Un viento fresco sopla sobre la capital!