Las "Clefs d’Or" del conserje y la "Clef verte" –un sello que premia los alojamientos turísticos por su dinamismo en materia de gestión medioambiental – juegan desde ahora en el mismo equipo. La educación medioambiental, la gestión de los residuos, el agua y la energía son algunos de los puntos que se tienen en cuenta para satisfacer a una clientela sensible con la protección de la naturaleza y preocupada por mantener durante las vacaciones o una estancia de negocios sus prácticas diarias responsables. Otro sello, de categoría europea, certifica el compromiso de los establecimientos con la protección del medio ambiente; se trata de la Ecoetiqueta Europea, que ya ha sido concedida a siete hoteles de la capital, avalando una probada calidad medioambiental, puesto que dicho distintivo celebra este año su vigésimo aniversario. El grupo Accor, por su parte, ha elegido una ecoetiqueta oficial para la fabricación de su ropa de cama, y ha elaborado su propia carta medioambiental. Por su parte, la certificación ISO 9001 garantiza una gestión de calidad y puede verse reforzada por la norma ISO 14001, basada en la mejora continua de la eficiencia medioambiental. Tampoco hay que olvidar el papel específico de ADEME, agencia del medio ambiente y el control energético, que presta apoyo a una treintena de hoteles parisinos voluntarios para ayudarles a conseguir una ecoetiqueta oficial.