Parque romántico, jardín botánico, islas de recreo… el sur es el lugar ideal para acercarse a la naturaleza
En el distrito XIV, cubriendo las antiguas canteras de Montrouge, se encuentra el Parque Montsouris, construido durante el Segundo Imperio. Este encantador jardín de estilo inglés, caracterizado por sus pronunciados desniveles, está poblado por árboles centenarios, posee un lago surcado por cisnes y patos salvajes, numerosas estatuas, un quiosco de música y zonas de juegos para los niños (columpios y paseos en poni), además de albergar el Observatorio Meteorológico.
A dos pasos de allí se encuentra el Parque de la Ciudad Internacional Universitaria de París que, con sus 34 hectáreas, es el lugar de descanso y recreo favorito de los estudiantes venidos de todos los rincones del mundo.
Dentro de los jardines contemporáneos, el Parque André Citroën (XV), que fue inaugurado en 1992, ocupa una superficie de 14 hectáreas. Se divide en tres partes: el Jardín Eugénie-Djendi de frondosa vegetación, el gran Parque Central y su extensa pradera de césped, y el Jardín Caroline-Aigle propicio para pasear y para jugar.
En el sitio ocupado por los antiguos mataderos de Vaugirard, ahora se encuentra el Parque Georges Brassens. Sus 8,7 hectáreas encierran un arroyo, un puentecito, un estanque y un mirador. No deje de visitar el viñedo del Clos des Morillons, el Jardín de los Aromas, el Jardín de las Plantas Aromáticas y Medicinales, además del colmenar.
El Parque Departamental de Sceaux, diseñado por Le Nôtre en el siglo XVII, está amenizado por un conjunto de estanques, canales, maravillosas vistas, terrazas, cascadas, estatuas y bordados vegetales. Este monumental parque de nueve hectáreas es un espacio perfecto para detenerse en plena naturaleza o para pasear y oxigenarse. El parque incluye también vastas extensiones de bosques y campiñas.
Si lo que quiere es compaginar naturaleza y excursión cultural, el Parque Departamental de la Vallée-aux-Loups – Casa de Chateaubriand en Châtenay-Malabry está hecho para usted. Se trata de un hermoso ejemplo de la armonía reinante entre patrimonio cultural y natural en el Valle de la Cultura de los Altos del Sena. El parque boscoso, la Isla Verde, el Arboreto Paisajístico y su colección vegetal única, y la casa del escritor François-René de Chateaubriand forman una unidad donde se respetan el pasado y el presente, el trabajo del hombre y la naturaleza.
© Chantal Pourrat
Si las rosas son su pasión, no deje de visitar la Rosaleda de Valle del Marne (L’Haÿ-les-Roses) por nada del mundo. Se trata del primer jardín del mundo totalmente dedicado a las rosas y ocupa 1,5 hectáreas estructuradas en 13 colecciones: rosas silvestres y cultivadas, rosas de ayer y de hoy, rosas de aquí y de otras latitudes. Hay más de 11 000 rosales y 2900 especies y variedades diferentes presentadas al público. ¡No se lo puede perder!
© D. Thierry
¿Le apetece hacer deporte? Los espacios verdes del Gran París suelen ser los mejores sitios. Algunos, incluso, están dedicados a ello, como el de la Isla Recreativa de Créteil. Con un lago de 41 hectáreas, es el lugar ideal para pasear a pie o en bicicleta, practicar actividades náuticas (vela, windsurf y piragüismo), divertirse en su piscina de olas en verano y en sus zonas de juegos.
El Parque Deportivo de Choisy ocupa, por su parte, 160 hectáreas. Ofrece espacios para relajarse y un sinfín de actividades que hacer en familia.
© CDT92
El Bosque Estatal de Meudon abarca 1100 hectáreas y constituye el auténtico pulmón verde del sur parisino. Presenta un relieve escarpado y se caracteriza por sus siete lagunas que le confieren su originalidad paisajística. Cuenta con una flora y fauna extraordinaria.
© Marc Bertrand
El Jardín Atlántico (XV), construido sobre la estación de Montparnasse, ofrece un espacio original e insólito para pasear. La Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo (XIV) alberga un jardín urbano poco conocido. Diseñado por el artista alemán Lothar Baumgarten, el Theatrum Botanicum no es un jardín tradicional, sino una auténtica obra que presenta el espectáculo de una naturaleza calculada y salvaje al mismo tiempo.