El distrito 10 es sorprendente en muchos aspectos. Trepidante, animado y cosmopolita, es un distrito que atrae a la gente con sus restaurantes, teatros, comercios... Insólito también, se pueden descubrir numerosas curiosidades arquitectónicas por sus calles.
© Daniel Thierry
El distrito 10 alberga varias comunidades de todo el mundo. ¡Tradiciones, culturas, art de vivre y gastronomía se unen para crear un ambiente cosmopolita único!
Cerca de la Gare du Nord, la rue du Faubourg y sus calles adyacentes forman el barrio Little India, que nos lleva directamente por la India, Pakistán y Sri Lanka. En el Pasaje Brady, el remolino de perfumes y especias que emanan de los restaurantes despiertan los sentidos y las papilas gustativas, mientras que los escaparates de las tiendas se iluminan con los brillantes colores de los saris.
Más al sur, entre la Porte Saint-Denis, la rue d’Échiquier y la rue d’Enghien, el viaje sigue por Anatolia con comercios, tiendas de comestibles y restaurantes turcos, sin olvidar algunas buenas direcciones de Street-food. En el Quai de Jemmapes, el centro cultural Pouya celebra la cultura y la gastronomía iraní.
Los mercados cubiertos de Saint-Quentin (boulevard Magenta) y Saint-Martin (rue du Château d'Eau) ofrecen productos frescos y cocina internacional para una vuelta al mundo gustativa.
© Luc Boegly
En el distrito 10, la cultura está en primer plano. Estos suburbios siempre han estado llenos de teatros. Hoy en día, todavía, pueden encontrarse una docena de teatros que hacen las delicias de los parisinos. El Splendid, el teatro de la Porte Saint-Martin, el teatro Antoine, el teatro de la Renaissance, el teatro del Gimnasio Marie Bell, las Bouffes du Nord, el Palais des Glaces, el Comédia... ofrecen una programación ecléctica de espectáculos que van desde los one man shows hasta los vodeviles y las grandes obras clásicas.
Los aficionados de cine no se quedan atrás con el mítico cine Le Louxor - Palais du Cinéma, que celebra su centenario en el 2021. Para los amantes de arte contemporáneo, fotografía y artesanía, les gustará perderse por la galería Martel, el espacio Beaurepaire o las Douches de la Galerie.
Los amantes de música que prefieren salas y lugares más intimistas estarán encantados de descubrir el New Morning, en la rue des Petites Ecuries. Este club ineludible en la capital, lleva décadas acogiendo a los grandes nombres del jazz y del blues. Miles Davis, Stan Getz, Chet Baker, Nina Simone, Michel Petrucciani y Prince han dado aquí conciertos memorables. El escenario del Alhambra Théâtre Music-Hall se anima con conciertos de rock, jazz, electro, variedades francesas e internacionales y músicas del mundo.
Por último, el bulevar Bonne Nouvelle alberga el sorprendente Choco-Story. Un museo del chocolate que desvela todos los secretos del cacao y ofrece degustaciones y talleres para grandes y pequeños.
© OTCP Sarah Sergent
Enclavado entre los Grandes Bulevares, la Gare du Nord y la Place de la République, el distrito 10 está lleno de curiosidades arquitectónicas y sorpresas.
En el Bulevar Magenta, se puede ver el elegante Louxor, un cine que fue completamente restaurado en el 2013 y registrado como Monumento Histórico. Este edificio art decó, construido en 1921, llama la atención por su hermosa fachada decorada con mosaicos azules y dorados de estilo neoegipcio. Este enamoramiento del antiguo Egipto se refleja también en la decoración interior del cine, que combina jeroglíficos, lotos, escarabajos y los vibrantes colores oro y azul egipcio.
La Gare de l'Est y la Gare du Nord son obras maestras admirables que acogen a visitantes de toda Francia y Europa. Con su fachada neoclásica adornada con hermosas vidrieras y 23 estatuas, la Gare du Nord, construida en 1865, se reinventa cada día para convertirse en un centro de actividad moderno y acogedor. La Gare de l'Est, inaugurada por Napoleón III en 1850, es la estación más antigua de París. Cuando hace buen tiempo, se instala un bar efímero en su azotea, cerca del rosetón Eiffel. Los aficionados de modelismo ferroviario podrán admirar tres redes ferroviarias en miniatura preciosamente conservadas en la estación, con locomotoras de vapor, vagones, convoyes... todavía en funcionamiento.Las puertas Saint-Martin y Saint-Denis, situadas respectivamente en el bulevar Saint-Martin y en el bulevar Saint-Denis, atraen la mirada por su estilo. Sus arcos de triunfo se erigieron a la gloria de Louis XIV y sus victoriosas batallas. Simbolizan el antiguo recinto de Carlos V que limitaba la ciudad. Para los más curiosos, la casa más estrecha de París, se encuentra en el número 39 de la rue Château d'Eau.
El distrito 10 también ha sabido reinterpretar su patrimonio arquitectónico para adaptarlo a la vida moderna. Por ejemplo, la antigua cárcel del hospital Saint-Lazare alberga hoy la magnífica mediateca Françoise Sagan y su claustro mediterráneo. El antiguo convento de los Récollets, convertido en alojamiento para investigadores y artistas, se ha dotado de una terraza festiva y acogedora, el Café A, y ofrece una programación artística abierta a todos (lecturas, documentales, instalaciones, performances, etc.).
En lo que se refiere a escalofríos y sensaciones fuertes, ¡el distrito 10 también cuenta con numerosas pepitas por descubrir! El Manoir de Paris, auténtica casa encantada inmersiva, ofrece unos espectáculos interactivos de lo más escalofriante. Por otra parte, el Museo de Moulages del Hospital Saint-Louis reúne unos 5.000 moldes de cera de enfermedades dermatológicas desde siglo XIX. ¡Una colección que dará escalofrios a muchos!
El distrito 10 enfoca particularmente a los artesanos y oficios creativos. La flamante ciudad de la artesanía La Villa du Lavoir, situada en el número 70 de la rue René Boulanger, alberga una docena de talleres dedicados a las artes y oficios, como el grabado, la joyería, los vitrales y la cerámica... En el mismo número de la calle se esconde el Lavomatic, un bar clandestino tipo speakeasy escondido detrás de una lavandería.A pocas manzanas, el animado Canal Saint-Martin, apreciado por sus cafeterías, bares de moda y bonitas tiendas, sorprende también por su famosa esclusa de Récollets, que permite navegar por el canal. Las pasarelas de la Grange aux Belles y de Bichat que la rodean, permiten observar su mecanismo, verdadera atracción para los caminantes.
También merece la pena visitar la place Sainte-Marthe y sus calles adyacentes, situadas entre el canal Saint-Martin y el Hôpital Saint-Louis. Antiguo pueblo obrero del siglo XIX, este microbarrio popular y acogedor, con sus coloridas fachadas, reúne tiendas locales, pequeños restaurantes, bistrós, talleres de artistas y artesanos.