l igual que en Barcelona, Chicago o Brasilia, en París también han dejado su huella construcciones únicas firmadas por las personalidades más importantes de la arquitectura.
En el corazón de París, las más notables son, sin lugar a duda, el Centre Pompidou, realizado por Renzo Piano y Richard Rogers, el Instituto del Mundo Árabe de Jean Nouvel, la Biblioteca Nacional de Francia de Dominique Perrrault y, por supuesto, la Pirámide del Louvre de Ieoh Ming Peig.
© Guilhem Vellut via Flickr
Un aire de modernismo sopla también sobre el Gran París a través de varias realizaciones insignia con una arquitectura atípica: les Folies del Parque de la Villette de Bernard Tshumi, la Filarmónica de París de Jean Nouvel o incluso la Cinemateca Francesa y la Fundación Louis Vuitton del maestro deconstructivista Frank Gehry.
En Docks - Cité de la mode et du design, los arquitectos Jakob y MacFarlane lograron finalmente una innovación que consiste en acoplar una cubierta de cristal de color verde manzana a un edificio industrial ya existente. Otro tesoro arquitectónico, la Fundación Jérôme Seydous Pathé, abierta en 2014, cuenta con una sorprendente cáscara tubular en cristal ideada por Renzo Piano detrás de una fachada esculpida por Rodin.
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La arquitectura de las instalaciones deportivas ofrece también creaciones sorprendentes como el Palais des Sports de l’Île des Vannes y su increíble nave diseñada por Pierre Chazanoff, Anatole Kopp y René Sarger en Saint-Ouen, o las absolutamente futuristas piscinas Tournesol diseñadas por Bernard Schoeller y de las que aún quedan algunos modelos visibles, principalmente en Bondy y en Les Lilas.
El Gran París es también el lugar en el que se baten todos los récords: el mítico Stade de France de Saint-Denis, además de ser el estadio olímpico modular más grande del mundo, ofrece una estética sorprendente inspirada en un platillo volador.
Por último, en lo que se refiere a la arquitectura religiosa, vale la pena la visita de ciertas construcciones, como por ejemplo la iglesia Notre-Dame du Raincy realizada por Auguste Perret en los años 20. También llamada la “Santa Capilla del Hormigón”, fue el primer edificio religioso que se construyó con ese material. La iglesia Saint-Louis de Vincennes es un buen ejemplo de la renovación del arte sacro de principios del siglo XX.
Sin olvidar la primera catedral del siglo XXI, Notre-Dame de Créteil que, tras su renovación en 1987, es decididamente contemporánea, e incluso futurista, con su doble cubierta en ojiva que se alza al cielo y su vidriera monumental tal un sendero de luz.
La iglesia du Saint-Esprit, finalizada en 1935, completamente realizada en hormigón, esconde muchos tesoros e invita a explorarla en compañía de un guía.
La iglesia Notre-Dame-des-Missions en Epinay-sur-Seine combina diferentes estilos arquitectónicos: campanario en forma de minarete, puerta en forma de pagoda oriental...
La arquitectura de los hospitales no se queda atrás con el Hospital Avicenne de Bobigny. Declarado monumento histórico, ha sabido combinar el estilo morisco y la construcción moderna.