El barrio de Bastille, que se encuentra entre los distritos 4, 11 y 12, le ofrece varias caras: popular, bobo, arty… Con sus numerosos cafés, bares y restaurantes, es un ineludible lugar de las noches parisinas. Y si algunos se olvidaron del barrio durante unos años, Bastille se reinventa y regresa ocupando un lugar central.
Por los alrededores de la Bastille, es fácil de mimar sus papilas. Entre el Faubourg-Saint-Antoine y la rue de Charenton, se encuentra uno de los mercados más típicos de París: el marché Beauvau, más conocido por el nombre de marché d’Aligre. Tanto dentro del mercado como en su parte al aire libre, se puede ver un París popular y una clientela bobo. Al menú: numerosos comercios de boca, como la fromagerie Langlet-Hardouin (que propone unas 80 variedades de quesos de cabra!), aceites regionales de calidad en Sur les quais, café torrefacto en Café Aouba (donde también se puede sentar para tomar un expresso), e incluso carne… sin carne en La Boucherie végétarienne, que elabora productos a base de pasta vegetal. Entre los demás lugares que no tiene que perderse: los productos sin gluten de Bears & Raccoons o las numerosas cervezas de Paris Saint Bière… Y para comer un bocadillo, tiene que ir preciso a Chez Aline, un micro-restaurante instalado en una antigua carnicería de carne de caballo, donde se puede saborear in situ o comprar para llevar, ¡uno de los mejores bocadillos jambon-beurre (jamón de york con mantequilla) de la capital!
¿Tiene ganas de cultura? El barrio Bastille también cuenta con varias galerías bien activas como Arts Factory, Less Is More Projects, o la muy internacional Dorothy's Gallery. A lo largo de l’avenue Daumesnil, el viaduc des Arts alberga, bajo sus arcadas, unos cincuenta talleres. Un lugar que se merece un paseo, para poder descubrir sus diferentes oficios de artesanos. Para un shopping muy cultural, cita todos los sábados, en el boulevard Richard-Lenoir, que acoge el Marché Art et création Paris-Bastille.
© DR | © Phillippe Mariana |
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La cocina neo-gastronómica está de moda en estas tierras del Este parisino. Y es que varios jóvenes chefs muy tendencia se instalan en el barrio de Bastille y sus alrededores. Uno de los mejores lugares para visitar es el inmersivo restaurante Stellar, que le sumerge en el universo y en el espacio. Aquí podrás degustar diferentes sabores de todo el mundo. Entre las buenas direcciones, dese el lujo de disfrutar de un agradable momento en Septime (una estrella en la guía Michelin), descubra el ambiente bistro-gastro de l’Australien James E. Henry en Jones, pruebe la cocina fusion de un antiguo candidato de Top Chef en Pierre Sang in Oberkampf, saboree las creaciones neo-clásicas y muy inspiradas de las hermanas Levha en el Servan…
Cuando cae la noche, amanece Bastille… En cuanto a bares, hay para todos los estilos: ambiente bistrot en el bar de «coquetels» À la Française, más clandestino en Moonshiner, escondido detrás de la cámara frigorífica de una pizzería. Para una velada verdaderamente sorprendente, vaya a The Lab, donde podrá tomar una copa haciéndose cortar el pelo. Entre los numerosos restaurantes- bares de las aceras de la calle Oberkampf, se encuentra el histórico Café Charbon o el bar de vinos Aux deux amis.
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Olvídese un momento del ajetreo parisino, y marque un descanso en el bassin de l’Arsenal, a dos pasos de la place de la Bastille. Este antiguo puerto de mercancías, que une el canal Saint-Martin al Sena, es ahora un puerto deportivo. Con sus jardines-terrazas, es un lugar privilegiado para dar un paseo original o pararse un rato en medio de los navegantes. Siempre desde la place de la Bastille, tome un poco de altura, paseando en la bucólica promenade plantée (que también se llama coulée verte René-Dumont). Tomando la antigua vía férrea, este jardín peatonal le ofrece, a través de viaductos y túneles, más de 4 kilómetros de vegetación densa y variada por el distrito 12.
© OTCP Sarah Sergent | © Amélie Dupont |
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