© OTCP Nicky Bouwmeester
El bistrot es una institución de la vida parisina. Se diferencia del bar en que, el siglo pasado, estos establecimientos eran propiedad de los comerciantes de vino.
Cualquier entendido se lo dirá: ¡un bistrot parisino es todo un poema! Una buena carta de vinos, una comida tradicional a la vez sencilla y completa, un servicio cordial y directo, una decoración de paredes, cortinas y carpintería sobrias y un precio razonable, todo ello en un ambiente siempre alegre.