La arquitectura Brutalista, otra forma de descubrir París

Descubre los mejores ejemplos de la arquitectura en hormigón bruto: el estilo Brutalista en Île-de-France

Innovador y moderno tras la Segunda Guerra Mundial, poco a poco abandonado a partir de finales de los años 80, ¡el brutalismo divide y no deja indiferente! Movimiento arquitectónico de posguerra relacionado con el Modernismo, se expresó sobre todo en las puertas de la capital, donde habían espacios más amplios. Además de esta estética en torno al hormigón bruto, existía una voluntad social: la de revolucionar la vivienda colectiva, creando obras de dimensiones imponentes. He aquí un resumen de los más bellos ejemplos de construcción de esta corriente.

Alrededor de la capital

© Hannah Reding via Unsplash

Los espacios Abraxas de Noisy le Grand son, sin duda, unos lugares ineludibles del Brutalismo en París. Creados por Ricardo Bofill a principios de los años 80, son especialmente populares tras haber seducido a fotógrafos y directores. Han sido el escenario de muchas películas, como Brazil, Hunger Games, ¿Mais qui a tué Pamela Rose?, y de muchos videoclips.

En Nanterre, las «tours nuages» (torres nubes), o torres Aillaud, llamadas así por su arquitecto Émile Aillaud, se construyeron entre 1973 y 1981 y se califican de " arquitectura contemporánea notable ". Sus fachadas onduladas cubiertas por mosaicos azules y blancos se han convertido incluso en el emblema de las afueras del noroeste de París.

Más al este, en Bobigny, el Brutalismo se encuentra en los muros de la Prefectura, de la Bolsa Departamental de Trabajo, una obra poco conocida de Oscar Niemeyer compuesta por un sorprendente auditorio y oficinas que responden a su deseo de "rigor y sencillez", y también del Ayuntamiento, con su singular forma rectangular.

En Pantin, el centro administrativo creado en 1972 por Jacques Kalisz es una fachada con vacíos, sólidos, aspilleras estilizadas y cubos hormigonados que forman una muralla de hormigón a lo largo del canal de l’Ourcq. En el 2004 se convirtió en el Centro Nacional de Danza. Al sureste, en Créteil, los edificios « choux » (coles) diseñados por el arquitecto Gérard Granval, deben su nombre a la forma redondeada de sus balcones. A pocos pasos, el Palacio de Justicia, diseñado en 1978 por Daniel Badani y Pierre Roux-Dorlut, se levanta como un enorme libro abierto, que simboliza el libro de la Ley, acompañado por la balanza de la Justicia.

En París

© OTCP DR

En París intramuros existen pocos ejemplos de brutalismo, pero se pueden destacar algunos edificios notables: la sede de la UNESCO en el distrito 7, apodada la "estrella de tres puntas" por su forma de Y, reunió a tres maestros de la arquitectura: el italiano Pier Luigi Nervi, el francés Bernard Zehrfuss y el estadounidense Marcel Breuer. Este último diseñó una escultural marquesina de hormigón en la entrada del edificio principal, mientras que el interior revela la austeridad típica de finales de los años 50.

En el barrio del Front de Seine se encuentran varias torres de gran altura que fueron construidas a raíz del brutalismo: la Tour de Mars, la Tour Panorama y la Tour Évasion 2000 fueron diseñadas por los arquitectos Henri Pottier y Michel Proux. No muy lejos de allí, en el distrito 14, el diseño de la Maison du Brésil se confió naturalmente a un arquitecto de origen brasileño, Lucio Costa, en colaboración con Le Corbusier. Los dos hombres imaginaron esta casa para estudiantes brasileños según los rigurosos principios del brutalismo, pero la dotaron de una paleta de colores vivos. Uno de los artífices de la monumental sede del Partido Comunista también era brasileño: Oscar Niemeyer trabajó junto con Paul Chemetov y Jean Prouvé para diseñar este edificio emblemático del distrito 19. La sede, que tenía que irradiar poder y modernidad, consta de un imponente edificio y una cúpula blanca. El interés arquitectónico del edificio se encuentra en el interior de esta cúpula todo es color y curvas.

A pocos metros, el vertiginoso «Orgues de Flandre », o « cité des Flamants », (Órgano de Flandes, o barrio de los Flamencos), consta de varios edificios, uno de los cuales es la torre residencial más alta de la capital. Por último, en la rue de Tolbiac, el Centro Universitario Mendès-France, diseñado por Michel Andrault y Pierre Parat, presenta una impresionante construcción de hormigón armado.

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