MAGDALENA, esta nueva brasserie parisina, repartida en dos plantas, es el lugar preferido de los gourmets con buen ojo para el arte del entretenimiento.
El menú celebra la cocina tradicional francesa burguesa, preparada por un equipo de unos veinte chefs. Los productos más nobles -langosta, caviar, lenguado meunière, ternera Chateaubriand- conviven con platos más sencillos y atemporales, como el bourguignon de ternera o las coquillettes con jamón trufado y queso Comté.
Aquí se puede cenar desde el desayuno hasta la cena, pasando por una refinada hora del té, en el espíritu de los palacios parisinos.
Por la noche, las mesas se decoran con manteles blancos y candelabros para crear un ambiente acogedor e íntimo, mientras que los fines de semana, los músicos ponen la nota festiva al lugar.
En el piso superior, hay un elegante comedor más íntimo, así como un salón privado con capacidad para 18 comensales. Una gran terraza de 80 plazas rodea la brasserie, con una impresionante vista de la iglesia de la Madeleine.