¡París no solo es el Louvre y el Centro Pompidou! La ciudad cuenta con museos más confidenciales, a menudo privados, que también forman parte del patrimonio y se merecen una escapada.
Los turistas que buscan un paseo insólito también pueden dirigirse al museo del alcantarillado (musée des Égouts), que cubre la red más amplia del mundo, una especie de doble de París, aunque subterráneo. En el subsuelo de la capital se pueden visitar también las catacumbas de París, que deben su nombre a las catacumbas romanas. Este laberinto de galerías encierra no menos de 6 millones de esqueletos procedentes de distintos cementerios parisinos. Pese a que el lugar no puede contener más de 200 visitantes simultáneamente, la afluencia es permanente.
En un estilo completamente distinto, el musée des Arts forains embarcará al visitante en un viaje por el mundo de las verbenas del siglo XIX, con la sorpresa de poder contemplar además un taller de restauración de atracciones antiguas. Se les invita a los aficionados de historia natural explorar el musée de la Chasse et de la nature, con su colección única de pinturas y de animales disecados, provenientes del mundo entero. Al otro lado de la capital, en el distrito 8, la Maison Elysée dispone de un espacio de exposición de objetos históricos relacionados con la presidencia. Este lugar encarna la elegancia y el patrimonio cultural de la República.
Para terminar, París le rinde homenaje a la fabricación ancestral del perfume. El musée du parfum Fragonard sumerge a los visitantes en el ambiente de una fábrica de perfumería del siglo 19. Para los amantes de la moda, la Galería Dior, situada en el corazón del distrito 8, es un testimonio de la audaz visión de Christian Dior y de sus seis sucesores. Un símbolo de la alta costura parisina.
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