Bajo las mágicas vidrieras Art Nouveau, los grandes almacenes se han convertido en monumentos tan ineludibles como la Torre Eiffel o Notre-Dame.
El bulevar Haussmann, considerado el primer centro comercial de Europa con 120 millones de visitantes al año, es una verdadera ciudad dentro de la ciudad. Y eso sin contar con los grandes almacenes de la calle Rivoli, la margen izquierda o la Madeleine. Todos ellos son un hervidero concentrado de París, en los que todos sus deseos de compra pueden convertirse en realidad. Moda, belleza, decoración, ocio o los placeres de la mesa, no son más que una pequeña muestra de todas las creaciones que le esperan.