Un camarote en un barco, una cama “en levitación”, un hospital transformado en hotel, una habitación a 5º bajo cero…
Algunos hoteles no dudan en echar a volar toda su fantasía para ofrecer experiencias originales a sus clientes. ¿Su denominador común? ¡Lo insólito, lo extraordinario! Ya sea en la decoración, el ambiente, el mobiliario o hasta el lugar donde está instalado el hotel. Esos establecimientos son mucho más que un mero alojamiento; son lugares en boga de la capital que incitan a evadirse… Evadirse en el tiempo, en la naturaleza, en un universo desconocido o incluso en una corriente artística.