A dos pasos de la rue de Turbigo, en el barrio de Montorgueil, y a unos minutos a pie de Châtelet-les-Halles, el pasaje cubierto del Grand-Cerf fue creado en 1825. Con casi 12 metros de altura, es uno de los pasadizos más altos de París. Su estructura de metal y hierro forjado deja pasar mucha luz gracias a su hermoso techo de cristal. Los paseantes descubrirán un sinfín de bonitas tiendas de artesanía, joyería, muebles y diseño. Y los aficionados descubrirán algunas tiendas muy especializadas en géneros de punto, iluminación, etc. Hay otra entrada en la rue Dussoubs. Un pasaje típicamente parisino que no debe perderse.