Es posible que del París bohemio ya no quede más que el imborrable recuerdo de los artistas que lo consagraron. No obstante, podrá encontrar esa huella en muchos establecimientos. Empiece por dejarse caer por un café de Montparnasse y luego haga una visita al pequeño museo Bourdelle, en el que se evoca el ambiente del París de los artistas. Las brasseries y los cafés míticos del bulevar Montparnasse le escoltarán hasta los jardines del Observatorio. Bajando por Luxemburgo y la plaza Saint-Sulpice llegará a Saint-Germain-des-Prés, selecto lugar en el que rivalizan artistas e intelectuales. En uno de estos cafés tal vez tenga la suerte de cruzarse con su escritor de culto... El París bohemio se extiende hasta Montmartre, cuya estación de metro es Odéon. Recuerdos de los talleres de Picasso y Utrillo, el surgimiento del cubismo, los cabarés, las viñas, las canciones en las calles y los pintores de la plaza del Tertre… Un ambiente protegido mientras anochece en París.