Visitar París también es ser capaz de sorprenderse. Algunos lugares o monumentos atípicos de la capital se sitúan fuera de los senderos turísticos clásicos.
Así, la cripta de Notre-Dame y su visita arqueológica, el Moulin de la Charité (en el cementerio de Montparnasse), el cuadrante solar del Jardín de Tuillerías o la mesa de orientación situada en la tercera planta de la Torre Eiffel son algunos de los lugares originales que no deben faltar en su recorrido turístico.