Una embajada representa a su país a nivel diplomático y político en la capital del país anfitrión. Su misión principal es mantener las relaciones entre las dos naciones.
El consulado se centra en los servicios a los ciudadanos extranjeros que viven o viajan a París. Emisión de pasaportes, legalización de documentos, asistencia en caso de emergencia: sus atribuciones afectan directamente a la vida cotidiana de los ciudadanos.
Un país puede tener varios consulados en diferentes ciudades, mientras que solo existe una embajada por país. Por ejemplo, un ciudadano francés que viva en Marsella podrá realizar sus trámites en el consulado estadounidense local sin tener que ir a la embajada de Estados Unidos en París.
Los servicios administrativos que ofrece un consulado abarcan muchos ámbitos: la legalización de documentos oficiales, títulos o certificados de matrimonio para su uso en el extranjero.
Los ciudadanos también pueden solicitar certificados de residencia, certificados de nacionalidad o ayuda para sus trámites de estado civil. El consulado también acompaña a sus ciudadanos en situaciones delicadas: pérdida de documentos de identidad, repatriación sanitaria o asistencia jurídica.
El servicio de urgencias funciona las 24 horas del día para los ciudadanos. La cita se suele concertar a través de la página web del consulado para optimizar la tramitación de las solicitudes.
Entre las embajadas más bonitas de París, cabe destacar la de Polonia, Alemania o Rumanía. El Hôtel de Beauhague, que alberga la embajada de Rumanía desde 1939, destaca por su monumental escalera inspirada en la de Versalles. Situada en la calle Saint-Dominique, esta joya arquitectónica del siglo XIX revela excepcionales trabajos de mármol y hierro forjado.
En el número 78 de la calle de Lille, la embajada de Alemania ocupa el suntuoso hotel de Beauharnais, reconocible por su salón turco y su famoso salón de las Cuatro Estaciones, con su decoración Imperio conservada.