La historia de París se puede leer en las piedras y en los libros... Una increíble concentración de estilos que no dejará indiferente al paseante atento. La Antigüedad ha dejado termas y un circo romano en la ciudad. La Edad Media sigue presente en el campanario románico de Saint-Germain-des-Prés y la delicadeza de la Santa Capilla demuestra el milagro del gótico. París también tiene el clasicismo del Gran Siglo, con sus cúpulas y frontones, el sueño de lo antiguo que acariciaba el Renacimiento. Le seducirá el eclecticismo del Segundo Imperio, las innovaciones de Haussmann y la arquitectura metálica celebrada por la Torre Eiffel, punta de lanza del Art Nouveau. El Art Déco no se queda atrás y su modernidad anuncia los futuros emblemas de cemento y cristal de una ciudad que se renueva sin cesar.