Durante un paseo por Le Marais, sumérgete en el mundo del arte contemporáneo visitando el Centro Pompidou. Este icónico edificio, reconocible por su arquitectura audaz, alberga una impresionante colección de obras modernas y ofrece vistas impresionantes de la ciudad desde su terraza panorámica. Los amantes del arte quedarán encantados con esta experiencia enriquecedora.
El Museo Picasso es otra joya cultural de Le Marais. Dedicado a la obra del famoso artista Pablo Picasso, este museo presenta una colección excepcional de sus pinturas, esculturas y dibujos. Te transportarás al universo creativo de Picasso y tendrás la oportunidad de admirar sus obras maestras que reflejan su genio artístico.
Para una escapada encantadora, no te pierdas el Museo de los Autómatas. Sumérgete en el mundo mágico de los autómatas y descubre figuritas animadas que maravillarán tanto a niños como a adultos. Este museo interactivo ofrece una experiencia lúdica y educativa, donde cada autómata cuenta una historia cautivadora.
Para satisfacer tu paladar, adéntrate en la ruta de repostería de Le Marais. Este barrio rebosa de panaderías y pastelerías de renombre donde podrás degustar creaciones dulces tradicionales e innovadoras. Déjate tentar por macarons coloridos, éclairs deliciosamente rellenos y otras delicias francesas irresistibles. Esta experiencia gastronómica deleitará a los amantes de los dulces y a los gourmets en busca de sabores exquisitos.
Más allá de sus atracciones culturales y culinarias, Le Marais también ofrece una atmósfera pintoresca y animada. Pasea por sus calles medievales, admira sus magníficas mansiones privadas e impregnate de su ambiente bohemio-chic. Las boutiques de moda, las galerías de arte y los animados cafés contribuyen a la efervescencia de este barrio apreciado tanto por los parisinos como por los visitantes.
Para una visita completa a Le Marais, tómate el tiempo para perderse por sus calles empedradas y descubrir sus tesoros ocultos. Déjate guiar por la curiosidad y las ganas de explorar.
Descubra la riqueza de la viticultura francesa en una bodega abovedada del Marais durante una degustación única de vinos y/o champanes. Explore los terruños y las mezclas de diferentes regiones e incluso disfrute de algunas añadas excepcionales.
Un edificio espléndido, pero más aún sus colecciones. El acceso es cómodo, el personal muy amable. Un detalle muy interesante es la existencia de taquillas automáticas y la prohibición de acceder con mochilas. Una muy buena decisión.
Las colecciones son extraordinarias. EL único problema es que hay muchas personas que buscan hacer una fotografía de cada obra, colocándose delante para hacer el disparo con el smartphone, pero con escaso interés por disfrutar de la obra. Ellos se lo pierden, pero resultan molestos porque tienes que abrirte paso a codazos cuando se trata de una de las obras de referencia.
